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miércoles, 1 de septiembre de 2010

El triángulo de Karpman

Triángulo de Karpman

Codependencia es una adicción a una persona y al problema de esa persona. Es una adición a la relación y a los problemas que trae o que acarrea la relación.

Es un patrón de conducta, sentimientos y creencias aprendidas, que hacen la vida dolorosa. Es una dependencia a la gente y las cosas que lo rodean y trae como consecuencia el descuido de la persona codependiente hasta el punto de no tener identidad propia.

El Controlador:

El intento de controlar y dirigir el cambio de las personas, nos hace que quedemos a merced de éstas. El controlador pasa a ser controlado. Y si ya de por si es malo ser controlado por alguien aun es peor ser controlado por la enfermedad de una persona, ya sea el alcoholismo, la ludopatía, un desorden de alimentación o de cualquier adicción.

Salvador:

Consiste en hacer cosas por los demás que son perfectamente capaces de hacer por si mismos y que probablemente deberían estar haciendo.

Por alguna razón en algún momento de nuestra vida asumimos que nuestra obligación o deber era cuidar de los demás, que esa manera de actuar nos ennoblecía y nos confería nuestro valor más intrínseco como personas. Es por eso que podemos malgastar nuestra vida rescatando a las personas que nos rodean.

Salvamos cada vez que nos hacemos cargo de las responsabilidades de otro ser humano, de los pensamientos, los sentimientos, las decisiones, la conducta, el crecimiento, el bienestar, los problemas o el destino de otra persona”.

Lo paradójico es que una persona equilibrada y emocionalmente estable no aceptará que nadie la salve, entre otras razones, porque ella misma es perfectamente capaz de identificar y resolver sus problemas.

La víctima:

Son las personas que no sólo aceptan ser rescatadas, sino que refuerzan todas nuestras conductas y comportamientos rescatadores, al menos al principio.

En relación a este esquema, se van cambiando los roles, la víctima pasa a ser controlador, el controlador a ser rescatador y el último a ser la víctima.

La codependencia se puede entender como una cierta adicción a las personas, nuestra “droga” por así decirlo, son las personas que dejan que desempeñemos nuestro rol favorito, tanto es así que nosotros pasamos a ser controlados por esa necesidad de reafirmarnos con ese comportamiento. Frecuentemente el codependiente termina enamorándose o quedando estrechamente ligado a una persona alcohólica o con algún otro trastorno compulsivo, lo cual termina por abocarle sin remedio a su destrucción emocional si es que no toma medidas antes.

No se puede cambiar a las personas, cuidar y rescatar de los demás es una manera de escapar de nuestros problemas. Es una conducta basada en una premisa falsa, ya que no se puede cambiar a las personas. Desde luego que las personas cambian, pero lo hacen cuando ellas quieren, cuando les llega su momento y cuando están preparadas para hacerlo.